La Biblioteca Nacional de España divulgó el 23 de marzo de 2017 una noticia sobre el conjunto de atlas flamencos y holandeses de los siglos XVI y XVII que conserva. El texto dice así: “La Biblioteca Nacional de España conserva un importante conjunto de atlas flamencos y holandeses de los siglos XVI y XVII que permiten contemplar las primeras regiones y los primeros países, así como sus fronteras coloreadas, lo que podría denominarse como la “esencia” de lo que hoy es el mundo. Muchas de estas obras corresponden a ediciones importantes, tanto por su rareza y escasez de ejemplares, como por su belleza. El fondo inicial está formado por los fondos fundacionales procedentes de la Biblioteca Real, los que Felipe V trajo de Francia y los que, por diferentes vías, ingresaron en la BNE. El mayor incremento se produjo en 1913 con el traslado de las piezas del antiguo Gabinete Geográfico, existente en la Primera Secretaría de Estado o Ministerio de Estado. Destaca también la colección casi completa del cartógrafo español del siglo XVIII, Tomás López. También merece citarse la colección Condeminas, de libros de navegación, donada en 1969”.
“La BNE conserva un conjunto de atlas modernos españoles y extranjeros, que se va ampliando y completando con nuevas adquisiciones, además de una colección especializada de obras de referencia.
Haciendo un recorrido por la colección se contemplan los atlas más destacados, y, más concretamente, su contenido, los territorios que incorporan, sus nombres y sus fronteras. Algunos siguen existiendo y manteniendo su independencia, otros, han variado de nombre o han trasladado sus límites, regiones que han pasado a formar parte de otras áreas geográficas, incluso zonas o comunidades culturales que actualmente no se reconocen como países, pero tienen gran peso en la historia cartográfica.
A partir de los siglos citados, la Cartografía se convierte en el principal instrumento para el conocimiento y la representación del mundo. Los mapas realizados en este periodo ampliaron el saber geográfico sobre el mundo y facilitaron su divulgación.
En el XVI y XVII, los europeos descubrieron, exploraron, conquistaron y cartografiaron países con el objetivo de dar a conocer una imagen real del mundo. Fueron partícipes del nacimiento de las naciones, que en el siglo XVIII se desarrollaron gracias a las fronteras y la creación de una identidad nacional, y el XIX presenció la colonización y el reparto de colonias. Finalmente, en el XX y el XXI surgieron conceptos como Geopolítica y globalización.
Este proceso, que comenzó en el XVI, no se concluyó hasta después de la II Guerra Mundial con la creación de la ONU. Pero todavía no se puede hablar de un proceso plenamente finalizado, de un mundo perfectamente estructurado e inmóvil, ya que está en continuo cambio. Países que se unen formando organismos internacionales (Unión Europea), otros nuevos creados a partir de la división de grandes territorios (Lituania, Ucrania, Uzbekistán), identidades culturales sin nación (Palestina, Tíbet) y un gran número de territorios que aún no tienen nombre en el mapa político del mundo y que buscan ser reconocidos como países”.