La Biblioteca del Ateneo de Madrid conserva 3.600 positivos en cristal “de un enorme valor por su antigüedad y contenido que utilizaron los conferenciantes entre 1880 y 1920 como material de proyección”, según informó dicha institución en agosto de 2017 en su web. Según explicó, “a finales del siglo XIX, la fotografía se empezó a emplear como apoyo a las actividades académicas de los intelectuales en los grandes centros culturales de la época, como el Ateneo de Madrid, donde completaban sus explicaciones con positivos de cristal, a modo de las modernas diapositivas. El Ateneo de Madrid fue una de las primeras instituciones en incorporar la fotografía”.
El Ateneo añadió: “Cánovas del Castillo, en carta fechada en 1890, le pedía a Arturo Mélida que incorporara todo tipo de fotografías a la conferencia que iba a pronunciar en el Ateneo, valiéndose del aparato de proyecciones que se encontraba en el salón de actos. En 1906 Cánovas expuso en este recinto unas conclusiones sobre la importancia de la fotografía, indicando que las particularidades del mundo solo se podían conocer a través de la imagen, y proyectando varios cristales de paisajes y monumentos del mundo.
Por la cantidad de originales y por el interés del contenido destacan los siguientes temas: Arqueología (egipcia, etrusca, griega micénica, popular, religiosa, romana); arquitectura; cerámica (etrusca, griega, ibérica, micénica); Escultura (egipcia, española, etrusca, francesa, griega, ibérica, precolombina, religiosa); Pintura (alemana, austriaca, española, flamenca, francesa, griega, holandesa, italiana, rupestre) y Numismática”.