Proceso participativo para el Plan de Derechos Culturales

El Ministerio de Cultura anunció el 3 de julio de 2024 la apertura de un proceso participativo para la elaboración del Plan de Derechos Culturales, iniciativa que está desarrollando como línea de actuación prioritaria. Así lo comunicó el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, junto a la directora general de Derechos Culturales, Jazmín Beirak, en el acto de presentación de la hoja de ruta del plan celebrado en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. A ellos se han sumado las coordinadoras de dos de los grupos de trabajo que colaborarán en la elaboración del plan: Beatriz Barreiro, profesora titular de Derecho Internacional Público de la Universidad Rey Juan Carlos; y Dagmary Olivar, investigadora y gestora cultural.
Ernest Urtasun ha señalado que este Plan de Derechos Culturales “tiene que ser un proceso para escuchar, para dialogar y para que los ciudadanos en España se sientan partícipes de algo común. También porque los derechos culturales no son una cosa inmóvil. Los derechos culturales de los ciudadanos es algo que vamos construyendo paulatinamente entre todos y todas”. Además, el ministro de Cultura ha manifestado que “hoy abrimos una ventana de diálogo, que creo que va a dotar a España de una posición de vanguardia en los derechos culturales en Europa”, según informó el Ministerio en su web.
Por su parte, Jazmín Beirak ha señalado que hablar de derechos culturales “nos permite cambiar la noción de cultura y la relación que tenemos con la cultura. Dejar de entenderla únicamente como un producto, como un objeto de consumo, como un espectáculo, como una mercancía, y entender la cultura como una práctica social, como lo que forma parte del desarrollo integral del ser humano, como un campo de capacidades que tenemos todas las personas de pensar, de imaginar, de crear, de generar comunidad. Y, por lo tanto, es un derecho esencial”.
A su vez, la directora general de Derechos Culturales ha destacado la importancia “de repensar el rol de las instituciones públicas, dejar de entender a las instituciones culturales como proveedores de cultura, como los que dan una serie de servicios y entenderlas como facilitadoras”. Por el contrario, propone “entenderlas como aquellas que lo que hacen es generar las condiciones para que el propio tejido cultural pueda desarrollarse, para que todos podamos desarrollar nuestras capacidades culturales y para que todos podamos tener una vida cultural plena”.

Plan de Derechos Culturales.
Plan de Derechos Culturales.

Proceso colaborativo
La finalidad de esta metodología de elaboración del plan, según han puesto de manifiesto, es enriquecer de forma colaborativa y desde diversas perspectivas el diseño y la elaboración del plan, que incluirá tanto un diagnóstico de situación, como una serie de propuestas en ámbitos específicos.
Los aportes de participación serán diversos, integrando desde expertos hasta la sociedad civil, así como a agentes sectoriales, que nutrirán el contenido del plan. Asimismo, contará con una serie de agentes que actuarán como coordinadores y dinamizadores para asegurar que la participación sea ágil, inclusiva y productiva.
Entidades culturales, personas expertas e instituciones gubernamentales, así como ciudadanos a título individual, contribuirán a dotar de contenido al plan, tanto en el análisis inicial, como en la generación de propuestas concretas, asegurando una representación diversa y rica en perspectivas. Asimismo, se contará con la Conferencia Sectorial de Cultura, para canalizar las aportaciones de las CC.AA.; así como encuentros sectoriales y territoriales, que integrarán a sectores de la cultura como el cine, el teatro o la música.

Ejes temáticos: libertad, diversidad, sostenibilidad…
Los distintos aspectos que abarcará el plan se organizarán en trece ejes temáticos, que orientarán la formación de los grupos de trabajo. Son los siguientes: ‘Desarrollo local y comunitario’, ‘Educación y cultura’, ‘Mediación cultural’, ‘Igualdad de género’, ‘Diversidad étnico racial’, ‘Diversidad lingüística’, ‘Discapacidad’, ‘Desigualdad’, ‘Cultura intergeneracional’, ‘Sostenibilidad, ‘Derechos digitales’, ‘Evaluación de las políticas culturales’ y ‘Adecuación normativa, buenas prácticas y gobernanza’.
Beatriz Barreiro, coordinadora del grupo de trabajo de ‘Adecuación normativa, buenas prácticas y gobernanza’, ha especificado que va a tratar de “ubicar este plan dentro del marco del derecho internacional” pues, a su juicio, “permitirá a España cumplir con una de sus obligaciones internacionales, permite poner en práctica los derechos culturales, el derecho a participar en la vida cultural”, tal como está recogido en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ratificado por España.
Mientras, Dagmary Olivar, coordinadora del grupo de trabajo de ‘Desigualdad’, ha señalado, en cuanto a la metodología, a “la participación como la palabra clave que va a regir toda la elaboración de este plan. La participación tiene que ver con distintos agentes culturales, sociales, especializados, sectoriales o comunitarios que forman parte de todo el panorama nacional”.
La hoja de ruta establece un calendario que se desarrollará a lo largo de un año. Una vez diseñado el marco metodológico expuesto hoy, se continuará con las fases de diagnóstico, de formulación de propuestas, de redacción y de revisión, con la previsión de presentar el texto definitivo en mayo del próximo año. El Plan de Derechos Culturales será expuesto, asimismo, en el marco del foro internacional de cultura Mondiacult 2025, impulsado por la UNESCO, que acogerá Barcelona a finales del próximo año.

Sobre el Plan de Derechos Culturales
El Plan de Derechos Culturales es el instrumento con el que el Ministerio de Cultura concretará su agenda de acciones en el ámbito de los derechos culturales. Este plan detallará las actuaciones que el Ministerio emprenderá, integrando un diagnóstico de la situación actual, la identificación de objetivos específicos a alcanzar y las medidas concretas para su cumplimiento. En esencia, este plan pretende garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder y disfrutar de la cultura en condiciones de igualdad, promoviendo la diversidad cultural y protegiendo los derechos de los creadores y trabajadores del sector.

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