El Ministerio de Cultura publicó el 1 de junio de 2020 un documento técnico sobre «Pautas para la gestión, conservación y disfrute público del patrimonio cultural en la desescalada de la crisis sanitaria». Esta guía, elaborada por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) con la aprobación del Ministerio de Sanidad, ofrece recomendaciones detalladas para la adecuada conservación de bienes culturales y para su uso en las condiciones óptimas de seguridad y salud. El texto, distribuido a las comunidades autónomas y a instituciones culturales, pretende «convertirse en un manual de referencia que atienda tanto a las distintas manifestaciones culturales que forman el patrimonio cultural como a sus diversas titularidades, usos, tipos de gestión, tamaño, personal responsable, etc. Se une a la colección de documentos técnicos especializados que la Dirección General de Bellas Artes ha publicado durante la crisis sanitaria en materia de archivos, museos y patrimonio histórico». Además de las pautas de carácter general, la guía detalla otras específicas que afectan a la protección de bienes muebles e inmuebles, a las celebraciones y visitas en lugares de culto, monumentos, yacimientos arqueológicos, cuevas y abrigos rupestres, espacios museísticos, archivos y bibliotecas y manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial.
Distancia de seguridad y delimitación de espacios
La guía aconseja, entre otras medidas, mantener abiertas las puertas que carezcan de accionamiento automático, para evitar el contacto con manillares; la desactivación de elementos táctiles; extremar el cuidado de la renovación de aire; evitar fumigaciones y paños con soluciones desinfectantes; cambiar el uso de muebles patrimoniales de acceso común como mesas, sillas o bancos, por otros sin valor patrimonial resistentes al lavado; y la colocación de alfombras desinfectantes en los accesos.
Se propone la prohibición de acceder a aquellos lugares de reducido tamaño o que requieran el paso a través de pasillos estrechos de doble dirección, galerías o escaleras angostas, como torres, campanarios, cubiertas, triforios, criptas, etc. Estas zonas tampoco podrán ser computadas para establecer el aforo máximo de las visitas.
El texto pide también a los gestores evitar el paso por elementos históricos presentes en el suelo, como enterramientos, losas con inscripciones, etc., sobre los que nunca deberán aplicarse soluciones desinfectantes.
Pautas específicas en las actividades litúrgicas
Entre las medidas específicas sobre espacios religiosos, se desaconseja el uso de orfebrería religiosa de carácter histórico y se propone su sustitución por objetos litúrgicos modernos que puedan lavarse con jabón neutro. La recomendación se extiende a elementos textiles (portacorporales, manteles y paños), que se reemplazarían por piezas modernas.
Se pide extremar también la precaución con los ritos y costumbres que no garanticen las condiciones de seguridad, autoprotección y distanciamiento social, incluyendo los que requieran del contacto directo con la superficie de bienes culturales (besapiés, abrazos a imágenes, etc.) que podrían suponer un foco de contagio. «El empleo en estos casos de paños humedecidos con soluciones desinfectantes no es una alternativa, por suponer un grave peligro para la conservación de los bienes culturales», aclara el texto.
Yacimientos arqueológicos con recorridos de un solo sentido
En cuanto a la visita de los sitios arqueológicos, se aconseja establecer un recorrido de visita debidamente señalizado y con un solo sentido, así como controlar los cuellos de botella en pasarelas, tasando el tiempo de visita permitido en miradores y puntos estratégicos del recorrido que requieran una parada necesaria para la comprensión del lugar.
Se recomienda eliminar de la visita espacios de parada de aforo reducido o que no cumplan con los requisitos de seguridad y se desaprueba la visita de grupos no controlados previamente a espacios visitables, pero no musealizados.
En el caso de abrigos rupestres y cuevas, los sitios tendrán que estar provistos de calzas desechables para cada visitante, así como de un contenedor para su desecho a la salida. Debido a la localización tan particular de este tipo de bienes culturales se optará únicamente por las acciones preventivas, evitando desinfecciones o fumigaciones. «La propia naturaleza de estos espacios, así como la radiación ultravioleta natural, habrá eliminado la carga vírica a lo largo del período de confinamiento».
Sobre los trabajos arqueológicos, la guía recomienda que el espacio de excavación se divida en cuadrantes de al menos dos metros cuadrados y se asigne a cada uno de ellos una persona o equipo. En el caso de excavaciones en espacios reducidos, como cuevas y abrigos rupestres, se insta a mantener el trabajo individual, una sola persona por cuadrante, durante toda la cadena del trabajo (excavación, limpieza, cribado y flotación).
Sin cambio de fecha en manifestaciones de patrimonio inmaterial
El texto dedica atención a la incidencia de la Covid-19 en el patrimonio cultural inmaterial y recuerda la reciente supresión de gran número de expresiones culturales inmateriales como la Semana Santa o las Fallas, así como multitud de fiestas patronales.
La guía considera, siguiendo lo establecido por el Plan Nacional de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, que el marco temporal es una característica básica del desarrollo de las manifestaciones culturales inmateriales y desaconseja el cambio de fecha: «Los procesos, las técnicas de la mayoría de las manifestaciones, los rituales de celebraciones, las rememoraciones, etc., se rigen por unos ritmos temporales que suelen estar vinculados, en el calendario anual de estructura cíclica, de manera muy directa e indisociable con esa estación o fecha concreta de celebración».